El Diseño Preliminar y Plan Maestro es uno de los componentes más cruciales en el proceso de desarrollo de un proyecto arquitectónico de hospedaje. Su importancia radica en los siguientes puntos:

1. Introducción y Contexto del Proyecto:

Comprender el origen, la inspiración y el trasfondo del proyecto brinda claridad sobre lo que se busca lograr. Conociendo el contexto, es posible desarrollar un diseño que se alinee con la historia, cultura, y características del lugar, garantizando así una inserción respetuosa y coherente en el entorno.

2. Descripción del propósito y visión del hospedaje:

La visión y el propósito actúan como brújula para todas las decisiones subsiguientes. Definen el “por qué” del proyecto, es decir, la razón de ser del hospedaje, y guían tanto en la conceptualización como en la implementación.

3. Ubicación geográfica, contexto socio-económico, y análisis de demanda turística:

Comprender la ubicación geográfica es vital para el diseño arquitectónico y paisajístico, teniendo en cuenta factores como el clima, la topografía y las vistas. Además, al analizar el contexto socio-económico se puede tener una idea de la demografía, la cultura y las necesidades de la comunidad local. El análisis de la demanda turística ayuda a determinar la viabilidad del proyecto, identificando nichos de mercado y tendencias de turismo en la región.

4. Análisis detallado del terreno y zonificación:

Cada terreno es único, y comprender sus características específicas (topografía, calidad del suelo, vegetación existente) es esencial para un diseño arquitectónico y paisajístico exitoso. La zonificación permite optimizar el uso del espacio, garantizando que cada parte del terreno se utilice de manera eficiente y sostenible.

5. Distribución de áreas, flujos de circulación, y propuesta paisajística:

La distribución de las áreas determina cómo se organizan y conectan los diferentes espacios del hospedaje. Un diseño bien pensado puede mejorar la experiencia del huésped, facilitando la movilidad y maximizando la comodidad. Los flujos de circulación se refieren a cómo se moverán las personas a través del espacio, lo cual es vital para la funcionalidad y la seguridad. La propuesta paisajística, por su parte, realza la belleza natural del entorno y establece una relación armoniosa entre el edificio y la naturaleza circundante.